La enredadera que floreció en mi ventana

no le dije que viniera,

ella se sembró temprana

en una esquina del pueblo

por donde empieza mi casa

trepó su llegada en punto

por materas y ventanas

allí desplegó sus hojas

llenas de un verde esperanza

para ver parir el mundo

del otro lado del alma

se enredó entre otras matas

hizo equilibrio con calma

penetrando telarañas

y traspasando distancias

y dio su primera flor

fue una campanita blanca

ni siquiera sé su nombre

pudiera llamarse Jazmín,

tal vez Maurizia o Florina

o hasta a lo mejor Fernanda,

sigue creciendo y trepando

que tus venas son mis venas

y mi sangre es tu savia

tal vez treparemos juntos

tú enredando tus misterios

yo deshaciendo nostalgias

hasta alcanzar esa estrella

donde titilan las almas…

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