Poemas sin tiempo
A pesar de todo,
el genocidio continuaba,
vivíamos en un 1492 eterno
solo los nombres de los personajes
cambiaban
pero los masacrados
éramos siempre los mismos,
nos mataban una y otra vez,
hasta que no les quedara
de dónde masacrarnos más,
algunos resucitábamos
entre los escombros
de las aldeas destruidas
de los campos quemados
de los cuerpo desmembrados
y regresábamos como fantasmas
para habitar las pesadillas del invasor
hasta que un día enloquecían
y se tiraban voluntariamente
desde la cúpula de algún campanario
y ya no podrían seguir haciendo daño…