En las noches de luna llena, los gatos de papel maché se escapan de sus libros.
Esperan sigilosos hasta que el lector se haya quedado dormido, entonces, con habilidad gatuna hacen una escalera de letras y saltan de página en página hasta llegar a la portada. La abren como si se tratara de una ventana cualquiera y se escapan de la realidad para entrar al mundo de la ficción donde vivimos los demás mortales, atrapados en nuestro propio mundo de letras y sin la habilidad de un gato de mentiras para liberarnos de nuestra cárcel de papel, encadenados a millones de inútiles palabras…