La mujer perfecta…

su piel de durazno

cultivado en glifosato

su perfume elaborado

con químicos tóxicos

que envenenan el alma

su maquillaje facial

un baño de aluminio

y neurotoxinas

que matan por igual

el cerebro

y las sensaciones

sus zapatos de puntilla

listos a crucificar

a los Cristos

de su existencia

su infinita dulzura

de azúcar refinada

alimento del cáncer

que corroe las entrañas

su canto de sirena

bañado en el mejor mercurio

y en el más puro arsénico

sus pulseras de oro

producto del sudor

de miles esclavos

en oscuros socavones

de la existencia,

en fin, ella era

una mágica hermosura

¡hasta sus pieles de mink

habían sido asesinadas

con ternura!

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