Más grande de esta vida
Es aquella especie de tristeza
Que a falta de mejor nombre
Llamamos melancolía
Se ubica exactamente
Ya sea entre pecho y espalda
En las notas rasgadas
De alguna melodía
En las noches sin luna
En los besos perdidos
En las sombras vacías
En las poltronas viejas
Y a veces aparece
Como cualquier fantasma
en una foto borrosa y amarilla
Aunque muchos
Se han muerto de tristeza
No sé si se pueda
Morir de melancolía
Puede uno enfermarse
Llorar, desesperarse,
Sentir que la vida
Es una sola agonía,
Pero es casi imposible,
Morir atravesado
Por la daga dulce
De la melancolía
Porque a veces es tierna
Porque a veces es dura
Porque a veces es agria
Porque a veces pura
Imposible morirse
De poesía, ternura o alegría
Dicho esto, yo y mi melancolía
Nos iremos al lecho
A dormir para siempre
El sueño de la vida…
(Completamente dedicado a Juanjo)
Mi querido Mario:
Aunque ella la melancolía, viene y se va de nosotros a libre albedrío, muy femenina ella con su sexto sentido, se torna amante ocasional y hasta aburridora. Espero que se tome un largo viaje de más de 80 días alrededor del mundo lejos de mi, que visite a cada uno de sus amantes que se empalague en ellos, ahora retornan la joven y eterna esperanza acompañada de sus amigas tranquilidad y alegría para continuar respirando feliz.
No bastará abrasarte cuando te tenga presente.
Juan José