La censura, arma que pretende
cegar los sentidos
dispara balas de tinieblas
pinta dulces demonios de sonrisas bellas
insiste en ocultar montañas
tras granos de arena.
La censura de los poderosos
para difundir sus mitos
y que nadie diga lo contrario
o será quemado, estrangulado,
desmembrado o sacado para siempre de
Facebook y demás medios
de incomunicación masiva
“las vacunas son buenas”,
“quédate en casa o el virus te mata”,
“sin capitalismo no hay democracia”,
“el que no crea en la religión de la pandemia
será expulsado del Paraíso del consumismo”
y, etc. etc. etc. etc. etc. etc. etc.