Terminarán sacándonos de quicio

Las mentiras oficiales

son las verdades de muchos,

nos mienten al nacer

y nos mienten al morir,

en el intermedio

las falsas verdades

cuelgan como lápidas

en los titulares

de los periódicos muertos

donde se repiten una y otra vez

las mentiras

con la esperanza de que nadie se salga

de las redes de la falsa realidad

donde se alaba la democracia

que nunca ha existido,

la ciencia

que se ha vuelto más y más

en un refinado genocidio

la religión

que nos impone cultos

y nos vuelve incultos

acerca de las realidades

del cielo y de la tierra,

en el tercer país más desigual del mundo

los políticos roban

los gobernantes roban

los contratistas roban

los banqueros roban

los militares roban

los congresistas son un robo que roba,

cada hueco en una calle

es un robo que se ha cometido

cada mendigo que implora

cada persona que se gana la vida

ofreciendo su cuerpo

o recogiendo los que otros han botado

es un médico menos,

un poeta menos,

un sabio menos,

un científico menos,

que un país sin alma

arroja por las rendijas de la vida,

mientras todos los grandes ladrones

son tratados como señores y doctores

y a pesar de haber matado

a miles de personas

no van a la cárcel sino al senado…

Colombia, país torturado, explotado

y destrozado

por unos cuántos

que a través del fraude y el engaño

han logrado perpetuarse en el poder

a sangre y fuego

o por medios de titulares,

televisores, teleprompters

y que tarde o temprano

como decía Nicanor Parra,

“terminarán sacándonos de quicio”.

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