Todavía tengo en mis pies
la arena de la playa
sabor a mar
en las entrañas
olas que van y vienen
al vaivén de mis pestañas
lunas llenas en la medianoche
de mis ojos
y un sol poniente y rojo en miniatura
acostándose en el infinito
candil de luna y abrojos
todavía tengo
mis labios salados
por la brisa de los montes
y el canto de un pájaro
engarzado
en mi pelo azotado
por el viento
todavía llevo
la tristeza infinita
de esa orquídea
disfrazada de atardecer
que floreció entre la seda
de tu piel
todavía suspiro
amaneceres
cuando suena el güiro
tocado por las ramas
de aquel viejo encino
todavía te llevo
al ritmo de ese tambor
que sonaba
al compás de la vida
con toques de un viejo son
música sin murallas
palpitando por la piel
estrellas como luciérnagas
mariposas como rosas
de papel…