“Piensa que todo fue un espejismo, que nos encontramos en otra dimensión…”.
“¿Y nuestro baile, no fue real?”.
“Sí, muy real y jamás lo olvidaré”.
“Pero lo nuestro es imposible. El sistema no nos permite acercarnos, cualquiera de los dos podría resultar multado o encarcelado”.
“Pero me muero por verte. Me recuerdo cómo bailamos juntos, como salidos de un cuento de hadas. En ese momento no sabía que serías mi hada para toda la vida”.
“Sí, un hada que jamás volverás a ver. Estamos prisioneros en un planeta que prohibe el calor, el cariño, los abrazos”.
“Ya sé que podría ser tu padre y hasta tu abuelo, ¿pero qué más da si el tiempo es relativo, solo una cuenta en un papel?”.
“En verdad ya ni las cuentas de papel tienen valor, nuestro mundo se ha desintegrado”.
“¿Crees que nos faltó pasión, o que a lo mejor esperamos demasiado y cuando nos dimos cuenta, ya éramos prisioneros?”.
“No nos pueden encerrar mientras podamos seguir soñando”.
“¿Te puedo llamar Jazz?”.
“Sí, me gusta cómo suena mi nombre en tus labios. Decime Jazz”.
“Jazz, querida, creo que eres mi sueño y que jamás voy a volver a despertarme”…
Después de que caiga la lluvia y resbalen sus lágrimas por techos y ventanas después de que te vayas y no me importe nada si el mundo es redondo, cuadrado o una ventana imaginaria después de que mi espejo deje de reflejarme y las flores conspiren para esconder sus colores después de que el tiempo se olvide de sí mismo y los relojes cometan un suicidio colectivo después de que nadie por temor a un mal imaginario vuelva a salir de sus casas después de que en las calles vacías crezcan selvas de tristeza y bosques sin duendes y sin hadas después de que sepa que todo el universo cabía en un solo verso solo entonces derretiré estas palabras para hacer una estatua de viento y agua con el azul de tu mirada…