Damas y caballeros, hoy quiero compartir con ustedes la nube número ochenta y tres, sueña con ser águila, le encantaría ser conejo, pero en su corazón de vainilla y canela se insinúa un magnífico helado de ilusiones, hecho al gusto de cada uno de los interesados.
Debo parar aquí, ya que se aproxima, perseguida por el viento, la nube noventa y cuatro, su único crimen: decir que todo lo cierto es incierto, y que en este reino fatuo y vacío, lo más derecho es lo que está torcido…
Hay tantas canciones y poemas a los amigos, desde la canción de Alberto Cortez, “A mis amigos” o el poema de Fernando Pessoa, “Así quiero a mis amigos”, que, ¿qué mas podría decir uno ante tanta belleza? Bueno, sé que no voy a morir en el intento…
Красная площадь, указывает на сердце путешественника
с его башнями, одетыми в закат
омываемый небом,
Plaza Bonita
сердце страны
где все кровеносные сосуды происходят из
от Гоголя до Достоевского
к могиле Ленина
сильная лошадь
где таинственный казак путешествует,
Россия с тысячами лет
который только что купался в футболе
где команда африканцев и европейцев
они показали прохождение газелей
для всех,
Россия, со своим странным вкусом водки
что подпитывает чувства
и украшает ночь бреда.
Когда-нибудь мне придется вернуться к ней,
Хотя я ее никогда не встречал …
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Para mis amigos rusos
Rusia,
lobos con ojos grandes
mirando al infinito
más allá de los Urales
y más allá de las estrellas,
La Plaza Roja, apunta al corazón del viajero
con sus torres vestidas de puesta de sol
lavada por el cielo,
Plaza Bonita
corazón del país
de donde se originan todos los vasos sanguíneos
de Gogol a Dostoievski
a la tumba de Lenin
caballo fuerte
donde viaja un misterioso cosaco,
Rusia con miles de años
que acaba de bañarse en el fútbol
donde un equipo de africanos y europeos
mostró el paso de las gacelas
para todos,
Rusia, con su misterioso sabor a vodka
que alimenta los sentimientos
y decora la noche del delirio.
Algún día tendré que volver a ella,
Aunque nunca la haya conocido…
Lugar: Salón de Audiencias del Palacio de La Zarzuela
Porky. (Entrando al salón). Ve, lo bonito este Palacio. Y con lo que me gusta la zarzuela, hasta les canto una a ritmo de ranchera para que vean lo que es bueno.
(Entra el rey, saluda al invitado con un gesto de cabeza. El rey mide como un metro mas que el invitado, así que Porky tiene que dirigir su vista al techo para poder hablarle)
Porky. (Al rey). Le mandó muchos saludos el presidente Uribe.
El rey. (A Porky). Con uno hubiera sido suficiente.
Porky. (al rey). Que lo quiere mucho.
El rey. (a Porky). ¿Que me quiere mucho?, si solo lo he visto una vez y ni siquiera es mi tipo.
Porky. (al rey). ¿Sabe quién le mando también saludes?
El rey. (a Porky). ¡Ni adivino que fuera!
Porky. (al rey). El presidente Pastrana, hablé con él esta mañana.
El rey. (a Porky). ¿Cuántos presidentes tienen en Colombia fuera de usted? Pensé que solo había uno…
Porky. (al rey). Claro, el presidente Uribe y yo, como el Espíritu Santo, somos claramente dos personas distintas, y un solo presidente verdadero.
El rey. (a Porky). ¿Quién más me mandó saludes?
Porky. (al rey). Es es tanta la gente que uno, pero mire no más estas cortinas de terciopelo, ¿son chinas, no?
El rey. (a Porky). Son de seda italiana. Para el almuerzo tendremos Coq au vin y después Magret de canard avec Merluza al beurre blanc.
Porky. (al rey). No, su majestad, qué pena venir aquí uno a poner pereque, todos esos menjurjes suenan muy bien, pero a mí solo deme un ajiaco, con sancocho y frijoles con garra, eso sí, que no falte el chicharroncito..
El rey. (a Porky). ¿Cómo dijo que se llamaba el que mandaba saludes?
Porky. (al rey). ¿El presidente Uribe? ¿El presidente Pastrana?
El rey. (a Porky). ¿También lo mandaron a usted?
Porky. (al rey). Claro, cómo no, “vaya a ver al rey, pedazo de guevón”, me dijo el presidente Uribe, también le hablé esta mañana.
El rey. (a Porky). Por favor, “pedazo de güevón” me les dice a sus dos presidentes que por favor, no me manden más saludos, y si se puede, que tampoco me lo manden a usted .
Porky. (al rey). Claro su majestad, ni más faltaba. (en off) Me pegunto si el presidente Uribe siquiera me nombraría embajador por estas tierras, ¡ya me veo viviendo como un rey! Y, ¡siempre me han encantado las cortinas de terciopelo chinas!