Las estrellas ya no brillan como antes,
el mundo se oscurece
mientras crecen los intereses
de banqueros y mafiosos
(que en verdad son hermanos siameses
les circula la misma sangre
de vinagre y gasolina
son cristianos y bondadosos
van a misa como los sicarios
antes de dejar al pueblo con más de un agujero en la camisa),
respiramos el mejor
aire contaminado del planeta
y de paso metemos justo al lado de la vía
una ruta de bicicletas
para que niños y adultos respiren por igual
los desechos venenosos
de carros, motos, camiones
y otros humores tóxicos
debidamente autorizados,
bendecidos y garantizados
por los criminales
más honestos y desleales,
del mismo género que nuestros gobernantes
que son tan considerados
que tapan el sol contaminado
con una mano
y una masacre con una represa,
todo a cuenta del estado,
nuestro transporte masivo
es un transporte digno,
digno de vacas
y de carne sarandedada
que se trasporta lentamente
y con esmero
al más insalubre y contaminado
matadero,
el Fiscal General de la nación
a poco menos
es un gran hampón,
y el innombrable
si hubiera justicia
en verdad sería un extraditable,
el honorable Congreso
carece de honor
parece más bien una guarida
de ladrones, malandros y asesinos
que venderían a su propia madre
por un contrato
y que a diario venden el país
al peor postor por un plato de lentejas
adobadas con glifosato,
en fin, este país
donde nos tocó vivir,
la única manera de arreglarlo
es disolverlo
y empezarlo otra vez desde el principio
a menos que uno tenga alma
de domador de fieras
o de trapecista de circo
para vivir para siempre
en la cuerda floja,
al borde del abismo
en los dientes de una motosierra
o tomándose su bebida refrescante
endulzada con cianuro
cortesía del fiscal de bolsillo
y de todos nuestros goberno-delincuentes del presente
del pasado y del futuro…