
Te veo cada día en cada esquina
me imagino que estás llegando
a nuestra cita semanal
para almorzar
y de paso componer el mundo
recoger sus piezas rotas
y armar con ellas poemas,
cuentos, novelas,
donde otro mundo era posible
me parece imposible que te hayas ido,
¿te olvidaste de la cita del martes,
de la entrevista con el fabricante de sueños
de nuestro viaje a las cuevas de la imaginación
donde te esperaba el escribano
para seguir compartiendo sus aventuras
y sufrimientos?
Salí de tu funeral
y me quedé esperándote
en el café de la esquina
estaba seguro que de una manera u otra
escaparías de las garras de la muerte
me tomé mi café y el tuyo,
te conté que la tía Rosalba
estaba mejor de salud
y tu me dijiste que no estabas
muy muy bien,
cerré los ojos un instante
pero la silla vacía me dijo
que tu nueva travesía había empezado,
viajero infatigable
conocedor de todas las sendas
del conocimiento y la aventura
habías recorrido almas y países
y dejaste en nostros una huella
que quedará grabada para siempre
en nuestro ser
con tu sonrisa seria
con tu caminar pausado
con tu mirada infinita,
te fuiste pero no te has ido
estás vivo en todos los recuerdos
y en todos los caminos,
levanto esta copa
no para despedirte
sino para decirte,
¡buen viaje querido amigo,
se volverán a cruzar nuestros caminos!