Un poema en memoria de nuestro querido Jorge

Te veo cada día en cada esquina

me imagino que estás llegando

a nuestra cita semanal

para almorzar

y de paso componer el mundo

recoger sus piezas rotas

y armar con ellas poemas,

cuentos, novelas,

donde otro mundo era posible

me parece imposible que te hayas ido,

¿te olvidaste de la cita del martes,

de la entrevista con el fabricante de sueños

de nuestro viaje a las cuevas de la imaginación

donde te esperaba el escribano

para seguir compartiendo sus aventuras

y sufrimientos?

Salí de tu funeral

y me quedé esperándote

en el café de la esquina

estaba seguro que de una manera u otra

escaparías de las garras de la muerte

me tomé mi café y el tuyo,

te conté que la tía Rosalba

estaba mejor de salud

y tu me dijiste que no estabas

muy muy bien,

cerré los ojos un instante

pero la silla vacía me dijo

que tu nueva travesía había empezado,

viajero infatigable

conocedor de todas las sendas

del conocimiento y la aventura

habías recorrido almas y países

y dejaste en nostros una huella

que quedará grabada para siempre

en nuestro ser

con tu sonrisa seria

con tu caminar pausado

con tu mirada infinita,

te fuiste pero no te has ido

estás vivo en todos los recuerdos

y en todos los caminos,

levanto esta copa

no para despedirte

sino para decirte,

¡buen viaje querido amigo,

se volverán a cruzar nuestros caminos!

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