De vuelta desde el fondo de la tristeza,
de recorrer el mundo
en cada piedra del camino,
de saborear las esquinas
donde las almas y los perros
huelen el más allá
y esperan con fervor el más acá,
de vuelta de los cielos
donde desfilan los sueños
de los vivos y los muertos,
de vuelta de los colores
en que se baña el día
y que circulan por mi piel
con sabores nunca antes vistos
tul de mediodía,
rosinegro de Antofagasta,
purpivioleta en melodía,
de vuelta de todo y de nada
viendo cómo las entrañas de la tierra
destilan sus poesía líquida, ardiente, encendida
mientras el gato metido en su piel de tigre
barriga al sol celebra la vida
acariciando las espinas de una rosa,
y yo acaricio con mis sueños
las espinas de la vida…